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DEMENCIA

Demencia, trastornos mentales, trastornos de personalidad, pánico.

Desde el punto de vista energético/espiritual este “problema” tiene que ver con no poder conectarme con el YO SOY, o todo lo contrario, conectarme demasiado rápido con el YO SOY. Al suceder alguna de estas cosas disgregamos la personalidad, por ende, perdemos el sentido de quien soy ACÁ. Por lo tanto, si yo no estoy preparado para recibir esa información y viene de golpe voy a darme cuenta de que en realidad no existo y el impacto del entorno puede ser tan relativo que parece que vivo en un sueño. Al darme cuenta de esto sucede que creo que puedo hacer cualquier cosa dentro de este sueño así como también cualquier cosa me pueden hacer a mí, entonces la mente se amplifica; deja de estar concentrada en la personalidad (que es la que me centra en lo que soy aquí y ahora) y empiezo a estar concentrado (o descentrado) en todo mi alrededor, todo el campo energético que me rodea quedando así totalmente abierto a recibir la información desde cualquier lugar.

Si yo no estoy conectado con mi verdadero YO SOY (justo encima de mí, la línea perfecta del canal central del Ser), sucede que me voy hacia los laterales, perdiendo energía por los costados, abriéndome y recibiendo respuestas de los lados y no de mi propio ser. Así empiezo a tomar la perspectiva de todos los que me rodean como si fuera propia. Como si todos fueran mis puntos de vista. Y sutilmente quedamos susceptibles a recibir información que no nos corresponden, o a recibir información muy densa, oscura, estancada en la materia en un patrón de creencias que no nos sirve. Al absorber todo esto desde la conciencia perdemos la noción del tiempo/espacio, de quien soy realmente, y por lo tanto pierdo el eje de mí mismo.

La demencia no es en cierta forma un problema físico o mental, sino un descentramiento del YO SOY que pasa a un nivel neuronal (ya que nuestra energía es la que genera la química) y nos hace ver la realidad de tal forma que mi cerebro envía señales al resto del cuerpo de que también vea o viva la realidad desde ese lugar, y ahí comienzo a sentir dolores que no tengo, persecución, siento entidades alrededor, pierdo la noción del espacio, pierdo la noción del tiempo sintiendo miedo al pasado, o al futuro viviéndolas como si estuviesen pasando aquí y ahora. Pierdo la noción de todo lo que mi cerebro normalmente regula y por lo ende, tanto miedo, frustración, y muchas otras cosas que vienen a mi ser de golpe; tanta creatividad junta que no puedo expresar, pasa a un nivel hormonal en la cual mi cuerpo intenta ajustarse a esa nueva realidad cambiando la química de mi cuerpo generando enfermedad.

En este camino no es el problema desconectarse o volver a conectarse, sino, como yo permito que ese proceso tome mi cuerpo y mi ser. Porque yo me puedo poner un poco loco o demente cuando empiezo a descentrar mi ser; pero hay una línea muy delgada en pasar de la sabiduría y plenitud a la esquizofrenia o demencia. Esa línea es “como yo gestiono las emociones en ese instante que estoy recibiendo la información”. Las emociones son el motor de las hormonas que pueden llevar a que el cuerpo interprete que eso es una total verdad, cuando en verdad es simplemente verdades ajenas a las mías que estoy percibiendo por mi capacidad de apertura en este momento. Si yo me permito compartir lo que estoy sintiendo, si en lugar de quedarme con lo que me dicen busco respuestas en otras personas que me puedan ayudar, si encuentro la meditación como una forma de centrarme, si yo estoy ayudando a personas que están en este proceso, a través de la respiración, de calmar las emociones.

Entonces, toda enfermedad mental o conflicto mental parte del inicio de la reconexión con el YO SOY. Cuando yo me empiezo a reconectar con el YO SOY y nadie está ahí para guiarme, o para ayudarme a encontrar el silencio dentro de tanta emoción por descubrir que “yo no soy lo que creía que era” puedo entrar en un conflicto emocional, y ese conflicto emocional hace que entre en un conflicto mental y no logre salir hacia la trascendencia espiritual del asunto, por lo cual al no permitirme que emane todo ese potencial tranquilamente podemos terminar en un psiquiátrico medicados por no saber gestionar la emoción de ver todo lo que veo.

Entonces, muy relajadamente, a través de la calma, no desesperar, aprehender a esperar, respetando el proceso de todo, permitiendo que la emoción fluya correctamente en la creatividad y no en la desesperación por lograr el objetivo, ya que esa misma desesperación es la que me puede llevar a esta demencia.

El incremento de este descentramiento tiene que ver con que la humanidad está despertando, porque la tierra está despertando. Y mientras la tierra este reacomodándose al reconocimiento de quien realmente es, la humanidad que es su conciencia va a estar haciendo exactamente lo mismo, pero, hace tanto tiempo que la humanidad cree que es algo que no es que al conectarse con lo que uno realmente es, empezamos a querer destruir nuestro patrón de creencias e incluso a desesperarnos por descubrir la verdad a tal punto que en realidad nunca descubrimos la verdad, solo encontramos desesperación. Este es un tiempo muy determinante en el cual hay muchísima gente que esta despertando y por lo tanto los que ya estén en el proceso tienen que ayudar muchísimo a los otros a estar ahí, disponibles a ayudarlos en el momento en que empieza su reconexión.

Al reconocer que yo no soy realmente lo que siempre creí que era se disgrega la personalidad, se destapan las emociones y si no las puedo canalizar empiezo a generar esta locura que en realidad nace de tomar al información que hay a mi alrededor y que en realidad no me pertenece en este instante.

Es un proceso normal, natural. Pero como la medicina occidental no está preparada para entender esto ante cualquier síntoma se los empieza a medicar en lugar de ayudarlos a encontrar el eje en la emoción durante el proceso de reconexión para encontrar el proposito.

Matias De Stefano


 
 
 

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